La alimentación ecológica
Con la moda de lo ecológico parece que nos estamos volviendo locos. Hace pocos años, raro era el supermercado que disponía de algún producto con certificado ecológico. Solamente en los establecimientos especializados podíamos adquirir este tipo de productos. Pero ahora, en cualquier supermercado de barrio existe una sección con multitud de productos ECO.
¿De verdad es tan importante que los productos que consumimos sean ecológicos?
Primero vamos a analizar qué es un producto ecológico y cuáles son sus beneficios respecto a nuestra salud y al impacto medioambiental. Después, a expensas de multitud y variados puntos de vista, daré mi humilde opinión.
¿Qué es la agricultura ecológica y cuando surgió?
Dicho de una forma sencilla, es cultivar la tierra de manera respetuosa con la naturaleza, sin utilizar productos químicos tóxicos (como fertilizantes, pesticidas o herbicidas), respetando el ritmo natural de crecimiento y sin semillas modificadas genéticamente (los conocidos transgénicos).
En cuanto a su origen, el movimiento ecológico tal y como lo conocemos tuvo su inicio en Austria en 1924, pero no fue hasta la década de los 70 que se desarrollaron en España los primeros cultivos ecológicos, y en el año 89, fue regulado legalmente.
¿Qué beneficios tiene?
Sobre el planeta:
Al no utilizar químicos tóxicos, se reduce considerablemente la contaminación del suelo, aire y agua.
No daña a otras especies vegetales ni animales.
Este tipo de agricultura es más manual, con lo que se necesitan más personas y esto genera puestos de trabajo y fortalece la economía local o regional.
Sobre la salud:
Estamos en menos probabilidad de padecer enfermedades relacionadas con la contaminación o toxemia como la sensibilidad química múltiple, fibromialgia, síndrome de fatiga crónica, etc.
Según los estudios, estos alimentos contienen algo más de antioxidantes que los convencionales, sustancias que nos ayudan a protegernos contra el cáncer y otras enfermedades degenerativas.
Hasta aquí los datos, pero ¿cuál es mi opinión?
Lo cierto es que lo ecológico tiene muchos beneficios, pero con su masificación volveremos a lo de siempre, solo será un negocio para sacar dinero y perderá mucho de esos beneficios.
¿Por qué digo esto?
Porque comprar en el supermercado un tomate con la certificación ECO, que ha sido producido con muchísimo mimo, pero que ha sido recolectado cuando su punto de madurez no era el óptimo, porque tenía que viajar muchísimos kilómetros hasta llegar a tu mesa (tomate viajero, ha visto más mundo que tú y que yo), tampoco tiene que ser muy bueno y entiendo que el sabor se verá afectado.
Entonces, ¿qué otras opciones hay?
Mi opinión es ser equilibrado y no obsesionarse. Creo que es mejor un producto local y de temporada (un tomate paisano, del señor del pueblo con campo propio), producido al lado de tu casa (lo que conocemos como producto de km. 0), vendido en pequeños comercios (plaza de mercado local).
Este tomate es recolectado en su punto justo de maduración, su temporada correcta y no ha viajado casi nada hasta llegar a ti, aunque haya sido producido con sustancias químicas tóxicas.
Aunque no sea ecológico, contamina poco, porque su tiempo en transporte ha sido mínimo, incentiva la economía local y tiene la ventaja añadida que tú, como cliente o consumidor, estás directamente en contacto con el productor, algo difícilmente posible con los alimentos ecológicos producidos lejos de nuestras casas.
Claro, lo perfecto sería que los productos fueran ecológicos y de km.0 al mismo tiempo, pero seamos realistas, eso no está al alcance de la mayoría de bolsillos.
Para concluir, hay algo que todos podemos hacer y está en nuestra mano: intentar comer del modo más natural posible, aunque no sea ecológico. Volver a nuestra maravillosa dieta mediterránea, en la que predominan las legumbres, pescados, frutos secos y semillas, aceite de oliva, fruta y mucha verdura, todo ello a ser posible de temporada y producto local o cercano.
Recupera la visita a los pequeños comercios locales y los mercados. Con todo esto ya estaremos haciendo mucho por nuestra salud y por el medio ambiente.
Todo en su justa medida, estoy de acuerdo contigo. Ojalá pudiéramos volver a lo de siempre que sin modas era lo ecológico de verdad.
ResponderEliminarPues sí, nuestros abuelos y bisabuelos ya eran ecológicos sin saberlo.
Eliminarme tendré que añadir productos mas ecológicos a mis comidas
ResponderEliminarCon equilibrio, con comer menos productos procesados y más comida real ya haces mucho por tu salud, sin necesidad de volvernos locos con lo ecológico.
EliminarEn realidad antes todo era ecológico y teníamos una mejor salud, deberíamos comprar cosas mas naturales.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo Erika
EliminarComo me gustaría poder adaptarme con facilidad a unos mejores hábitos alimenticios, se que es muy importante la buena alimentación. cada día trato de mejorarlo, aunque cuesta
ResponderEliminarNunca es fácil cambiar hábitos arraigados, pero la salud es lo más importante Kathe y merece la pena cuidarse.
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